En un cielo inmenso
de nubes amarillas
nació el dolor,
nació el recuerdo
y la añoranza
Amor y vida quebradas
por la penumbra.
Nace el suspiro
por la mirada ya perdida
y el silencio aplastante
que ahuyenta la ternura.
Nace el poema,
nacen racimos de salves
que alimentan
susurros y oscuridades.
Nace la duda y el desatino
en una noche fría
y un gélido amanecer
en la que todo olía
a partida.
Naufraga el sentimiento
entre los ecos y versos
que buscan la verdad de un espejismo
y encuentran solo,
un adiós vacío de palabras.
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